jueves, 24 de mayo de 2007

NAZCO

¿Veis?... parece el abuelo del mundo con su bastón humilde y fatal.
(PABLO DE ROKHA)


Glicerina sobre tu ropa piel desnuda, desnuda como mentira o como una lágrima evaporándose, glicerina que de tu linfa salgo, que te sudo completa hasta dentro de las uñas, hasta en las cimas de los pelos. Glicerina SOY saliendo de ti, emanando de ti, mirando hacia arriba encima de tu piel desnuda, afuera soy, afuera de ti. Glicerina soy afuera de tu desnuda piel y hace frío se hielan los lápices mientras los vecinos lavan la loza con violencia. Glicerina me bautiza la luz dura la que salió antes que yo la primera, la danzarina tremenda y glicerina me llamo, parezco glicerina y poseo una mirada de glicerina. Glicerina te camino te piso te navego te construyo. Te construyo una capa que se pega a ti por fuera por toda tu piel todas tus entradas estáticas móviles ambulantes. Glicerina en calidad sin obstrucciones, empiezo a empezar me parto un poquito primero entero después me despedazo. Tus entradas cerradas. Me parto y me hago burbujas fermentadas con tu termómetro de mercurio, me partí y soy muchos. Muchas burbujas que se abren encima de tu ropa piel desnuda, soy muchas burbujas. Tijeras no hubo sólo estábamos tú y yo sobre tu piel desnuda y la luz jueza la luz ronca esa que salió antes que saliera yo fluido líquido fláccido que afuera te abrazó entera y se rompió como un elástico viejo. Ahora soy tantas burbujas abiertas sobre mí sobre ti bajo la luz que no tiene negro ni blanco, ahora soy burbujas abiertas, soy tantas burbujas abiertas que empiezan a hablar.


(Abril de 2007)

martes, 15 de mayo de 2007

CAMINATA IMPERMEABLE

Intermitente salto entre pasos de cebra,
fuera de la moda casi a propósito,
busco caras conocidas, manzanas jugosas.
Veo escaleras en todas las esquinas,
son tan hondos los sombreros de los hombres
que me embriago de oscuridades familiares,
sin embargo nadie cabe dentro de los sombreros.
Siento fantasmas alrededor. Siento fantasmas.
Mi madre me dice que sólo creo sentirlos
porque no quiero estar solo, es sensata.
Mi madre me dice que me bañe, me despierta
y me sirve el desayuno. Es cotidiana.
A ella ya no le crecen las uñas hacia adentro,
ni manda a escribir memorandos sin fin.
Su cara no es reconocible afuera.
Aunque no lleva sombrero, tampoco saluda.
No hay nadie conocido en fin, nadie me saluda,
nadie saluda, por lo menos afuera de la casa,
los hombres ni siquiera se lavan los dientes.
Yo tampoco saludo a nadie pues no sé hacerlo.
A esta hora hay cambio de guardia en Palacio.
Venden bestias en el supermercado,
bestias venden vendas para la vista, bestiales.
Recuerdo que me enseñaron pocas cosas,
pero a saludar no. A bostezar sí,
pero a rezar no, a pelear no. Sí a dormir.
Me enseñaron sobre todo, la técnica
de vomitar adentro de la taza del baño.
Pero no sé ni tirar la cadena.
Por mientras, por mis partes, voy dando saltos
entre los cuadros rotos de la vereda,
buscando una cara conocida,
alguien que sepa, no digo saludarme,
al menos mirarme como si me saludara, fantasmal.


(Mayo de 2007)

lunes, 7 de mayo de 2007

LOS DE LA ORILLA

Rompiendo espinas
con altos hachazos, duros, agrios,
descalzados, con puñetazos podridos
como un cerebro reseco en mitad de la pampa,
prendido a los ojos morbosos de los mundos
alrededor,
así avanzan, cuando pueden,
juntando las conchas de la arena, los vidrios rotos,
cambiando mares por nombres difuntos,
avanzan en su infancia junto a los ladridos,
extraviados al oriente de la cruz y de la mano
de las gallinas que nunca podrán poner un huevo.


(Febrero de 2007)