En la bahía de cemento, entre las grietas musgosas de los parques,
se enfilan los deseos que nunca van a encallar.
Son los más desposeídos, los pobres deseos del mundo. Paupérrimos
que de vez en cuando, en algún sueño, en alguna pesadilla a medio despertar
irrumpen como suicidas saltando hacia la garganta de dos altas montañas.
Son desnudos, el reflejo de las acciones cotidianas pero ensuciadas,
embarradas, vestidas de hongos y jugos gástricos regurgitados,
como un mono de nieve negra, de nieve descastada, de nieve hirsuta.
Se dan vueltas y circunnavegan la cintura de las cabezas humanas
que desde hacia afuera de los parietales
forman vertederos de deseos amordazados.
(Julio de 2007)
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3 comentarios:
No, no escribo para esa empresa, no escribo para ninguna, no tengo idea por qué escribo, tal vez porque no sé cantar y, por tanto, no puedo tener un grupo tributo a The Doors en donde yo sea el cantante, o quizás porque no puedo hacer esculturas ni pintar, y soy tan flojo que me demoro mucho en aprender una partitura y luego la olvido muy fácil. Lo más probable es que escriba para no suicidarme o algo de ese toque, qué sé yo, en una de esas escribo para no estar curado todo el día.
En fin, puros deseos amordazados.
Oye, a todo esto, ¿tú pa' qué escribís poemas?...
Como que me surgió la duda.
Que naufragio aquel! quisiera ser náufrago gran parte de mi vida...pero ¡¿como nos falta valentía para ello!?
De tan sólo imaginar que me voy de casa a los 7, que odio a mi huasa madre, que convivo con un amigo alcólico que abandonó a su esposa e hijo -lo echaron más bien-,que escribo decadentemente pero maravillosamente parnasianamente, que mi amigo se va en cana por mi culpa, que mi muñeca herida más mi corazón sangrante me instó a acusarlo, que me cansé de escribir y quiero dinero para seguir escribiendo o para dejar de escribir...en fin que en 37 años hice más de lo que muchos han hecho en 85.
Quizá esa es la forma de vivir la vida, de realmente vivir para no simplemente existir.Echarse a quien nos moleste en el camino en el culo como quien se echa una moneda al bolsillo. Uuufff...suena terrible admito que soy cobarde para algo así de admirable. Temo sentir que al final de todo aquello, si lo hiciese, me arrepentiría; eso creo que pasaría.
En fin unos pequeños naufragios suenan interesantes y menos peligrosos o mas bien arriesgados.
"Me hubiese gustado ser más estúpido" nos diría Jorge Lucho Borges...no lo considero tan estúpido como si lo soy yo, ni me considero tan estúpido como las masas; suegiero ponerle oídos, escucharle y no sólo oirle.
Saludos
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