Dos metros sobre la tierra,
un gato a lo lejos, escondido de la fiereza del mundo,
te observa en paz,
te respeta en especial a ti, por el grosor de tu garganta,
casi parecido al de sus ojos.
Lo mismo que nosotros, el gato ve en tu boca
la angustia breve,
el bostezo acallado,
y parece dar vuelta la cara sólo para que sonrías.
(Noviembre de 2007)
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1 comentario:
Las motivaciones de los gatos quizás sean más complejas que los humanos. Quizá busca algo más que una sonrisa. Me cargan los gatos.
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