martes, 14 de agosto de 2007

ANHEDONIA

Como todos
los que se inscriben
hacia arriba,
yo tuve un tiempo verde
en que me abracé
junto a mis amigos,
en fila
y nos armamos
longitudinales,
uno a uno,
talón tras talón.

Hace días
que el tiempo es otro,
es craso.
Este año es debilucho
tanto como el pez
que agita su ahogo
en la orilla sola
de una playa virgen.

Esta casa es café
como la mala marihuana.

Este idioma está podrido.
Está húmedo y mohoso.

Estos troncos
son brazos humanos mascados
por termitas alonas
y abiertos a la muchedumbre.
Expuesta su condición
en plazas públicas.

Abrazados
nos gastamos la sangre
igual que
los viejos
afuera de
los cafés
con vidrios polarizados.
Probablemente
comprando en la noche
garrafas de vino indecente,
probablemente
escribiendo en el suelo
otras biografías,
lejos de
los cauces normales
de los ríos
que visitamos
en vacaciones.

Ajeno. Mi cerebro
estuviera flotando
en napas subterráneas
hoy día.

Mis huesos frontales
cubrieran los ojos
de los
recién nacidos
ante los espejos famélicos
de los hospitales.

Pero las fotografías
destilan la misma
colonia inglesa.
Los correos electrónicos
empequeñecieron sin pócimas
sus letras.

Alicia se perdió para siempre.
Y los scherzos
han muerto todas
sus curvaturas.


(Julio de 2007)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

el ultimo parrafo podria estar de mas




oye wn y por qué tu año ha sido tan paragüísticamente amargo ??

(creo saber la respuesta pero seria interesante ke lo explicaras igual)

Munhti dijo...

Uhm... qué tenís contra el paragua!?

Ah? Ah?

Bueh...

Habremos de gastarnos la sangre para reemplazarla por vino, tal vez.

María Paz dijo...

te pillé.