domingo, 7 de octubre de 2007

SOLO

Lo mismo una botella de vino vacía
que los respirantes.

No es mi voluntad la isla adentro del florero
ni es querencia bestial hacia el túnel trémulo
que lleva al vacío.
Ante cada grito de aire
desfilan mis sonidos por la Alameda,
mi caja torácica se expande y delimita la Capital.
Todo ruido de especie resuena en mi pecho
y lo abarco.
Son nada, hermana, sólo las voces
que viajan por sus volúmenes
entre mi costilla y el caudal.

El temblor de piso, no de cielo
estabiliza mi estampa.
Aunque no veo a nadie adentro de la alfombra
fumo nubes con tranquilidad
y tengo más colchón
para alzar los brazos.

Alza soledad, alza enorme
tu categoría,
que en la altura hay hielo necesario
con orejas abiertas, pero triste.


(Octubre de 2007)

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